jueves, 13 de junio de 2013

Volver a Argentina (parte II)

       Finalmente después de tan linda recibida ya todos mis amigos comenzaron a irse nuevamente a sus respectivas ciudades donde se encontraban estudiando. Yo por mi lado tenía varias metas a cumplir, la primera era bajar de peso!!! jaja y después de un tiempo comenzar a ver en detalles cosas sobre la carrera que iba a seguir, el lugar y demás.

     Fueron unos meses muy raros los que pasé en esta vuelta, tenía muchos altibajos, los horarios completamente al revés, me iba a dormir cuando me tenía que levantar y estaba cayendo en depresión. Muchas veces me levantaba llorando, o lloraba a cualquier momento del día, o me iba a dormir llorando también. Era muy duro para mi que mi mamá me encuentre en esos estados porque la hacía sentir como si no me estuviese sintiendo cómoda en su casa, en mi propia casa, lo cual me deprimía aún más el hecho de hacerla pasar por eso. 

         Por otro lado creo que nadie entendía lo que me estaba pasando, sólo mis amigas que hice en Estados Unidos, que también se encontraban volviendo a sus países; es por eso que muchas veces me iba a dormir tarde, por hablar con ellas ya sea por skype o por chat... hacíamos catarsis jajaj. Tenía tantas cosas por contar y compartir pero no podía estar constantemente hablando de lo mismo una vez en Argentina, en ciertos casos no a todos les caía bien la idea. Probablemente hasta el día de hoy tengo anécdotas que quizá no las conté.

       Para salir un poco de la nada misma en la que me encontraba, comencé a jugar al tenis nuevamente. Duraba 5 minutos en la cancha obviamente porque me cansaba rápido al estar tan fuera de estado y con muchos kilos de más. Además empecé a hacer terapia, con una psicóloga que la verdad no me sirvió para nada, solamente me decía lo que quería escuchar y yo necesitaba alguien que me dé un sacudón, me haga poner los pies sobre la tierra y que me guíe un poco. 

       A su vez, había muchas cosas del día a día que me molestaban, hasta la forma de conducir y de hacer las cosas de la gente, la poca simplicidad con las que se hacía todo; me enojaba por cualquier cosa jaja y me llevó un tiempo manejarlo. No sé, creo que estaba tan descolocada y no lograba encontrarme conmigo misma en varios aspectos.

Let's travel the world :)
        Un tiempo antes de irme a Estados Unidos, pensaba que a la vuelta la gente iba a estar cambiada y eso me daba un poco de "miedo", pero creo que nunca me puse a pensar en que era yo la persona que más iba a cambiar. Se me escapó la tortuga jaja. 

         En fin, era un combo de cosas con las que estaba lidiando constantemente, hasta que con los años me adapté jaja, no... bueno no quiero asustar a quienes estén por volver a su país después de un tiempito pero creo que depende de la persona puede tomar más o menos tiempo el "sentirte en casa". Por mi parte con el tiempo los llantos ya no eran tan diarios pero todavía extrañaba mucho no estar en Seattle. Es más, hasta el día de hoy después de 6 años lo sigo extrañando tanto como la primera vez que me fui de esa ciudad.

       Las cosas positivas que me llevo de mi primer experiencia al estilo Marley (excepto que no comí cucarachas) son un montón. Por empezar maduré muchísimo, aprendí a valorar muchas cosas y a restarle atención a otras; a saber lo que se siente la felicidad plena, me conocí más a mi misma, lo que me gusta y lo que no... la clase de gente de la cual disfruto estar rodeada, y la clase de personas que no me aporta nada positivo a mi vida. Aprendí también las cosas que realmente me apasionan y me llenan como persona, descubrí cosas que me gustaban que jamás pensé que podrían gustarme. Hice amistades que son de por vida, y por eso y muchas cosas más esta fue una de las mejores experiencias que pude haber vivido. 

          Dentro de todo ese tiempo fuera de Argentina por supuesto también tuve mis momentos en los cuales no la pasé genial, lloré, extrañé y demás pero cada vez que tenía esos días no tan buenos, sabía que era parte del aprendizaje. Estar tristes por algo o extrañar a alguien no es tan malo después de todo, porque esos momentos son los que nos hacen sentir vivos.



Volver a Argentina (parte I)

       Para ser honesta, era algo que hacía varios meses me ponía un poco nerviosa. Semanas antes de dejar Estados Unidos para viajar a Europa, no paraba de tener pesadillas repetitivas todos los días en una misma semana, me despertaba en medio de la noche y parecía que había estado batallando. Tenía miedo de que al llegar a mi casa me pase aquello que había estado viviendo con anticipación.

       En España; alisté todas mis cosas la noche anterior y a la mañana siguiente del sábado me levanté temprano, me despedí de mi familia española, Sofi y Toti, a quienes les voy a estar agradecida de por vida por lo bien que me trataron y me ayudaron. Me tomé el bus desde La Granja de San Ildefonso hasta Madrid y finalmente desde allí al inmenso aeropuerto de Barajas. 

       En un momento, empecé a sentir náuseas. Tuve como una especie de flashback de cuando era una nena y eso de sentirme descompuesta me pasaba seguido cada vez que tenía que viajar. Lo más gracioso es que nunca en mi vida había viajado tanto en un año y recién a la vuelta es cuando tengo esas sensaciones. Por suerte nada pasó, pero la verdad es que me sentí horrible.

       Llegué al aeropuerto y todavía tenía unas horas para abordar, así que me dediqué a lo que mejor sabía hacer... compré comida y me senté a leer. Hasta que finalmente abordé mi vuelo rumbo a Argentina. Me despedí de Madrid con un eclipse que podía observar a través de mi ventanilla y me desperté con el amanecer de Buenos Aires.

       Esperé mis valijas, las cargué en el carrito y me dirigía a la muerte misma... pasar por aduana, para mi SUERTE, al preguntarle a un guardia si debía dirigirme por ese lugar (el chequeo en aduana) me dice: "no, por favor pase por acá"... y era algo así como cuando te muestran la puerta a la luz del cielo, bueno algo así jajaj yo ya me veía desembolsillando mis pocos euros que con tanto esfuerzo pude recaudar jaja pero cuando me di cuenta estaba fuera del aeropuerto y alquilándome un servicio para llegar hasta la terminal de Retiro.

       Todavía me acuerdo lo rara que me sentía, hasta de ver carteles de publicidad. Tenía que esperar mi bus hasta Santa Fe capital y faltaban varias horas... no tenía ni un peso argentino, el cajero no estaba habilitado y  moría de ganas de desayunar o comer algo. No me querían aceptar ni un solo euro para venderme un yogurt. Por supuesto, agarré el yogurt y le dije esto es todo lo que tengo, le pagué y me fui.

       Lo más gracioso es cuando subí al bus, y al parecer me quedé dormida apenas me senté en mi bello coche cama. Me había olvidado de cambiar el horario en mi reloj, pero sabía que a las 4pm tenía que estar en Santa Fe. En un momento me despierto, miré el reloj del bus y decía algo así como 5 de la tarde, miré mi reloj y por supuesto no me daba la hora que necesitaba y tampoco sabía a cuánto de diferencia estaba como para calcular. Pero desesperada pensando que la hora que había visto era correcta, le pregunté a una chica en el asiento de al lado si ya habíamos pasado Santa Fe.... nunca me voy a olvidar la vergüenza que sentí cuando me dijo: "No, todavía seguimos en Buenos Aires" jajaj, estaba tan pasada de horas y tan cansada que pensé que había dormido por años! Y tal vez fueron 15 minutos.

       Finalmente arribé a la Ciudad de Santa Fe!!! Por una cuestión que quería llegar en la noche a mi casa, ya que era un fin de semana largo y mis amigos que estudian afuera se encontraban en mi ciudad, mi familia decidió ir a buscarme en auto hasta Santa Fe. 

      Mientras esperaba me senté a comer algo en un bar, cuando sentí que me taparon los ojos y era mi papá, que hacía ya un año y 3 meses que no lo veía!! La verdad que fue tan lindo reencontrarme otra vez con todos, si bien a mi mamá y a una de mis hermanas había visto hace no mucho tiempo no veía la hora de verlas otra vez a todas. 

       Llegamos a Avellaneda, bastante tarde por cierto (si manejaba mi papá, seguro porque va a 0 en la ruta). Me acuerdo que no veía la hora de llegar a mi casa, ver a mis perros pero todos insistían en ir a dar una vuelta, a lo que yo respondía que estaba cansada. Insistieron tanto porque sabían que en la plaza me estaban esperando todos mis amigos con una banderaa :) fue tan tan lindoo que todavía me acuerdo de ese momento! Fuimos todos caminando a mi casa a cenar, de ahí nos cambiamos y nos fuimos al boliche a festejar. Al día siguiente mis papás también organizaron un almuerzo de bienvenida :)

       Fue buenísimo ver a todos, reencontrarme con muchas personas pero en ciertos aspectos no podía dejar de sentirme rara, especialmente cuando no me encontraba rodeada de mucha gente. Es como que mi cabeza hacía un parate en distintos momentos del día que nunca pensé el tiempo que esa sensación podía llegar a durar...



       





sábado, 1 de junio de 2013

Últimas semanas en España



       Finalmente aterrizamos en Madrid y nos dirigimos hacia La Granja de San Ildefonso, donde por suerte ya teníamos trabajo esperando por nosotras. Todavía me quedaban un par de semanas en Europa antes de volver a mi querida Argentina, pero con Sofi nos dedicamos a trabajar y cada tanto íbamos a Madrid, visitábamos Segovia, o salíamos en las noches y demás. Yo volví a mi puesto de "ayudante de cocina" y a limpiar pisos y baños... me hice mis buenos ahorros y como me la pasaba en el restaurant, básicamente no tenía muchos gastos.  


Un talento en Plaza Mayor- Madrid

    La vida en La Granja no tenía mucho de aventurera pero la disfrutaba un montón por el simple hecho de que para mi ya era una aventura el estar viajando, detenerme un poco para trabajar e intentar no quedarme sin un "duro", que es a lo que los españoles llaman de manera informal a la moneda. Tenía la tarjeta de crédito de mamá, pero después de un tiempo que me mantenía por mis propios medios me daba cosa usarla; algo que hoy en día no pasa jaja. 



Vista de Segovia
       
       Nada es gratis. Algo que aprendí en los Estados Unidos es que mi trabajo vale, y mucho más cuando es extra. En donde laburábamos con Sofi hacía mucho de trabajo y horas extras, que por supuesto las hacía con gusto pensando que la paga que iba a recibir era grande. Llegó el fin de semana y cuando recibí el dinero me quedé enfurecida, así que hablé con el dueño del restaurant y le dije que mi hora extra no vale un mísero euro, y que si esperaba que me quede más tiempo de lo debido me tenía que pagar lo que correspondía, pero por suerte llegamos a un acuerdo. 

Acueducto- Segovia
       
       Junté un poco de dinero y unos días antes de irme me escapé a Segovia y me dediqué a comprar algunos regalitos para la familia, tampoco fui tan generosa pero al menos no llegué con las manos vacías y pidiendo agua jaja, porque desde el momento en el que comenzaron a salir pajaritos de mi billetera mientras estaba en Londres, me imaginaba volviendo a casa hecha un desastre. 

       Seguir viajando. En el restó había llegado a un acuerdo; la última semana de mi estadía ya no iba a trabajar porque quería tomarme unos días para irme a Alemania. La verdad es que tenía muchas ganas de conocer ese país pero mi espíritu de viajera se estaba sintiendo un poco agotado, por lo tanto a último momento desistí y finalmente trabajé hasta el día antes de dejar España. 

domingo, 10 de marzo de 2013

FORMENTERA, Islas Baleares

      Como dije anteriormente, nos tomamos un día de la "ajetreada" Ibiza para recorrer la isla de Formentera. Por supuesto, valió la pena. 


          Compramos nuestro boleto en Ferry y en 45 minutos llegamos. Lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo, pedir un mapa y preguntar qué nos recomendaban hacer. Vimos que era muy fácil alquilar una moto en ese momento por 24euros el día. Una ganga! Yo tenía mi licencia de conducir de Estados Unidos así que no hubo ningún problema. Formentera es un paraíso diminuto, así que era fácil poder recorrer casi todas las playas en un mismo día. 

       Manejar esa moto fue de lo más divertido, estaban muy tocadas porque las acelerabas a fondo y parecía que ibas a 20 todavía. La primer parada fue a ninguna playa... paramos a comprar algo para comer como era de costumbre, y nos encontramos con que había alfajores de maizena!! Hacía mucho tiempo que no comía uno y si bien cada vez escaseábamos más el dinero (si, tanto que un helado era lo mejor que te podía pasar) nos dimos el gusto de comer uno cada una. Y una vez que cargamos azúcar en nuestro cuerpo, seguimos viaje. 

         El sol no estaba de nuestro lado ese día, pero estas locas en motito eran imparables! Recorrimos un par de playas, mucho mejores que las de Ibiza aunque no tan concurridas y tenían un color que creo que nunca había visto. 


         En un momento del día decidimos llegar al Faro; sí, nos fuimos de una punta a la otra para alcanzar ese punto de paz y tranquilidad que básicamente nos duró minutos porque después se venía una tormenta que me acuerdo todavía la adrenalina que me provocaba porque la moto que iba a una velocidad inaceptable para esos casos, el viento era fuerte y el camino era prácticamente solitario, si empezaba a llover fuerte no teníamos un mínimo lugar donde cubrirnos. 

         Por suerte llegamos al puerto sanas y salvas, ya casi era hora de que salga el ferry de vuelta a Ibiza por lo tanto devolvimos la moto y nos embarcamos de vuelta... se nos terminaban de a poco nuestros días ibizencos. Sofi tiene parte de su familia viviendo ahí y ellos se encargaron de ser unos excelentes anfitriones y durante el tiempo que pasamos nos hicieron sentir como en casa.

Paella hecha por Sully 
        Siempre digo que es importante saber que uno cuenta con personas confiables cada vez que viaja de un lugar a otro, si bien este viaje lo emprendimos con Sofi y nos hacíamos compañía entre nosotras, saber que podíamos contar con otras personas para compartir otro momento y además sentirnos un poco menos turistas fue buenísimo. Gracias Vicente y Sully!

         Era hora de retornar hacia la bella península donde nuevamente nuestro trabajo nos aguardaba! 

sábado, 9 de marzo de 2013

IBIZA, Islas Baleares

           Oh Ibiza!  

Platja Cala Bassa
       Con Sofi compramos nuestros vuelos por unos 70euros con una aerolínea de bajo costo. Armamos una valijita para las dos, teníamos la idea de llevar curriculum a algún lugar y quedarnos al menos un mes si conseguíamos algo de trabajo.

        Nos alquilamos una habitación en una casa de familia, y básicamente desde que llegamos no hicimos más que recorrer las distintas playas y la noche ibizenca. Nuestros curriculums? Ni idea! jaja yo ni siquiera había impreso el mio, así y todo nos quedamos unos 18 días.

       Cada playa en la isla vale la pena visitar, algunas tienen más concurrencia que otras por la cercanía al centro de la ciudad pero la verdad es que aquellas que están un poco más alejadas a mi gusto son las más lindas.
       El clima siempre fue perfecto, el ambiente y la vibra sin dudas eran excelentes y el lugar estaba colmado de gente relajada, viajeros de distintas nacionalidades con trabajos temporarios, y artesanos que corren con sus collares y pulseras por la playa para que la policía no los arreste.

Intervención en Platja d'en Bossa
       Apenas llegamos recorrimos la playa más cercana, y ya nos estábamos ambientando a la onda ibizenca; cada boliche hacía su intervención con bailarines y algún otro show en el que te terminaban regalando alguna pulsera o free. 
       
       Platja d'en Bossa (Playa d'en Bossa) es la más concurrida, se llena de jóvenes y gente que no lo era tanto. No importaba si eran gordos, flacos, si tenían o no tenían... ese era el lugar de la liberación humana. Si bien no era la primera vez que estaba en una playa nudista, el contexto era un poco diferente. Cuando estuve en Grecia, las playas en las cuales la gente caminaba desnuda no eran tan masificadas y probablemente eran un poco más familiares.      
       
       Esto era algo diferente, y aunque no era sorprendente para ellos ver cuerpos desnudos, parecía que tomar mates fríos (tereré) era lo más raro que vieron en su vida.

Esperando el atardecer en San Antonio
       Sofía y yo llevamos un termo con jugo y hielo, la yerba la pusimos en una bolsa, y aparte llevamos un vaso y una bombilla. Nos pusimos a preparar los mates mientras estábamos sentadas en la playa. Sacamos la bolsa que tenía yerba, y la volcamos al vaso... la bombilla se nos había tapado por lo tanto estábamos lidiando con  eso intentando absorber una y otra vez. En un momento sentí un millón de ojos, miré hacia arriba y todos estaban a nuestro alrededor observándonos y preguntándose qué es lo que estábamos consumiendo. La codeé a Sofi y nos reímos. Esa tarde más de uno se acercó a preguntarnos qué era esa yerba, o pasaban por al lado nuestro intentando disimular que iban a otro lugar, nos miraban y finalmente se sacaban la duda.  Jaja fue muy gracioso cómo nuestro mate captó la atención. 

       En las noches solíamos ir al centro a comer y tomar algo. Mientras caminas podes ver drag queens, rrpp de boliches y bares que te ofrecen entradas "gratis" para algún lugar. La verdad es que en todos o en la gran mayoría podes entrar gratis hasta un cierto horario, por lo tanto enganchan a la gente que no conoce para que cenen y tomen en su bar con la excusa de darles free pass que podrían conseguirlos sin gastar un centavo. Las entradas para los distintos lugares varían según el día de la semana y las fiestas son una locura. Fuimos a "Amnesia", esa noche era la fiesta de la espuma... se hicieron las 8 de la mañana, la fiesta seguía y la espuma todavía no había caído.
Atardecer en San Antonio- Frente a Café del Mar

           Una tarde fuimos a San Antonio, al famoso Café del Mar, conocido por la música que reproduce y sin dudas uno de los mejores lugares para apreciar la caída del sol. La playa se colma de gente, se siente una atmósfera increíble y cuando finalmente cae el sol, se llena de aplausos.

      Entre esos días que estuvimos en Ibiza también nos tomamos uno exclusivo para visitar Formentera... y hacia allá nos embarcamos! 




domingo, 26 de agosto de 2012

En Suelo Español

       Llegué al aeropuerto de Barajas en Madrid. Sinceramente nunca me enloqueció conocer España, pero ahí estaba (voy a anticipar que fue una de las experiencias más lindas que tuve). Un poco antes de tiempo en realidad, ya que según lo que había planeado, después de Inglaterra se suponía que iba a Budapest, Hungría y Praga en República Checa. Por cuestiones monetarias tuve que adelantar mi viaje a España y asegurarme que iba a estar cerca para tomarme mi vuelo de vuelta a casa.

       Mi amiga Sofi de Argentina me estaba esperando, tengo que agradecerle a ella también por haberme animado a emprender todo mi viaje, empezando por salirme de casa apenas cumplidos mis 18 para ir a vivir a Estados Unidos. 

      Esa misma noche estaba mudando algunas cosas de su piso de la ciudad hacia La Granja de San Ildefonso en Segovia, donde vive su mamá. Unos amigos de ella nos dieron un ride hasta allá en su auto y finalmente llegamos a destino.


       La Granja es un pueblo muy chico, tiene unos 5000 habitantes, todos se conocen entre sí y creo que hay más bares que gente! jaja. Si hay algo en lo que estamos equivocados es en decir que a los argentinos nos gusta salir y tomar más que a cualquiera... error.. los españoles primero. Al menos desde mi experiencia, para ellos un lunes no es "muy lunes". 

       Durante unos días no hice más que conocer un poco alrededor, fuimos al Palacio Real y los Jardines de San Ildefonso, salíamos a tomar algo en la noche, etc. Cada tanto nos íbamos a Segovia (a 15 minutos) y a Madrid.






       La mamá de Sofi trabajaba en un restaurante llamado Hay Motivo, y es ahí como enganché un laburo y comida. Una semana después de haber llegado, habían despedido a dos chicas; así que con Sofía "llenamos" esas vacantes. Ella atendiendo al público y yo ayudante de cocina entre otras cosas como ser limpieza de los baños y demás. En mi vida cociné, no sé si alguna vez había pelado una papa hasta ese momento y ni hablar de lavar baños. En la vida hay siempre una primera vez para todo.


      Todavía me quedaba más de un mes en Europa y la verdad era que casi no tenía un "duro" como dicen allá. En el bar desayunaba, almorzaba, había veces que merendaba y sin dudas cenaba. Por empezar, el "curro" como le dicen al trabajo, era sólo por un fin de semana y ganamos un "poquito bastante" que como buenas kamikazes los gastamos en dos billetes de avión...

                                            nos esperaba IBIZA baby!!!!!!!!!!!!

lunes, 20 de agosto de 2012

Últimos días en Londres

       Cuarto día en Londres, y el clima todavía estaba de mi lado, aunque se me presentaba un problema. El chico que me hospedaba esperaba a otra persona ese día y yo tenía que buscarme otro lugar. Era muy temprano y  estaba en una especie de desesperación porque ya casi no tenía dinero y gastarlo en una noche de hostel encima en libras esterlinas, era estar al borde de la quiebra. 

       Como era la semana de Wimbledon, muchas personas suelen alojar en sus casas a algunos turistas, así que mientras iba con mi valija divagando por ahí, le preguntaba a cada persona que encontraba afuera si tenía un lugar para hospedarme. Una señora dijo que podría hospedarme pero me cobraba 50 libras, estaba loca esa  mujer???!! Hasta encontré a un cura por la calle y le pregunté si tenía un lugar jaja, cosas que uno hace en momentos críticos. 

    Fui caminando hasta la estación del metro, me compré algo para desayunar en una especie de supermercado, me senté con mi yogurt y mi sandwich en el piso de la estación y vino un policía a sacarme. No había forma, dónde quería que me siente a comer? Había un café con un par de sillas en medio de la estación y le tuve que preguntar al chico que atendía si me dejaba sentarme a desayunar dignamente aunque no había comprado mi comida en ese puesto. Sonrió y amablemente me dijo que si. 

     Cuando terminé de desayunar, observé una mujer asiática que se notaba que había asistido a Wimbledon, se había comprado todo! Venía tapada con la toalla del torneo jajaj! Rápidamente intenté entablar conversación y en un momento le dije que buscaba donde quedarme (quién sabe, tal vez tenía un lugar para ofrecerme jaja) y me recomienda un hostel que no era muy caro en la zona de Earl's Court, de la cadena de Hi hostelling, ella acababa de hacer su check out en ese lugar. 

       Compré mi ticket del metro y me dirigí hasta Earl's court, al bajar caminé unas cuatro cuadras y me topé con el hostel, la ubicación era buena, y la zona no era mala, al menos durante el día. Hice mi check in, dejé mis valijas en un locker, pero gran error mio no llevar candado propio, por lo tanto esa mañana tuve que acarrear mi laptop por todos lados. 

       El hostel era bastante limpio y de buen ambiente, en la habitación estaba con una chica australiana que planeaba quedarse a "vivir" en el hostel hasta encontrar un trabajo, y por otro lado una chica de Perú. 
       Apenas logré acomodarme, emprendí mi recorrida de este día 4, empezando por Science Museum y Natural History Museum que eran gratis. Caminé hasta National Portrait Gallery que también era gratis y el cual terminó siendo uno de mis museos favoritos en Londres. Siempre tuve cierta curiosidad por la fotografía y las imágenes que estaban expuestas en ese momento eran increíbles! 

       Pasé nuevamente por Trafalgar Square y Westminster, un poco el recorrido que había hecho el día anterior pero le agregué una larga caminata a lo largo del Río Támesis, la cual es bastante entretenida y ese día estaba lleno de gente que aparentemente hacía su after office. La idea era llegar hasta el Tower Bridge y atravesarlo.  

       Tal vez sea muy repetitiva pero me tenía que tomar un tiempo para admirar lo que veía, y no dejar de tener mis pies sobre la tierra para poder disfrutarlo en el momento y no después. 

     Soy siempre una agradecida de la vida por esa oportunidad. Si hay algo que me hizo crecer mucho como persona fueron esos distintos viajes en los que gran parte del tiempo estaba sola y lograba conocerme cada vez un poco más, a madurar y ser responsable de cuidarme a mi misma. 

       Mi visita en la hermosa ciudad de Londres estaba llegando a su fin. Al día siguiente desayuné en el hostel, fui directo a la estación de tren para ir a la estación de bus y luego al aeropuerto de Gatwick. Cuando vi que el metro me costaba 4 libras solamente de una parada a la otra dije "ni loca", y tuve que hacer un truco muy argentino, pero me terminé tomando el bus con una tarjeta que ya tenía. 

       Londres me estaba despidiendo con un poco de llovizna, todo fue justo a tiempo. 


                                                         Next stop... Spain!!!